Este chalet rústico de construcción tradicional navarra está ubicado en un lugar privilegiado del pueblo a tan sólo unos pasos del frontón con bar-restaurante, parque y columpios, de la plaza del pueblo y del Beti-Jai, un establecimiento hostelero de cocina tradicional navarra fundado en 1941 que ha logrado convertirse en uno de los más destacados dentro de la Comunidad Foral.
La vivienda, además, está próxima a la Iglesia, de origen románico, con fachada de piedra sólida que contrasta con su interior, reconstruido durante los siglos XV y XVI, del que destacan el retablo revestido de oro, la pila bautismal y multitud de tallas, como la de la Virgen con el Niño. El puente de estilo románico fue labrado en el siglo XII, y tradicionalmente permitía el acceso a los montes y pueblos de la orilla izquierda del rio Irati y era paso de las cañadas de ganado y de pantanadas de madera suelta que bajaba por el río. Siguiendo el caudal del río encontramos El Molino, creado en el siglo XIII por el Rey de Navarra, y que fue reconstruido siglos más tarde como molino rudimentario para la molienda de grano. A día de hoy es un restaurante que aún conserva su antigua maquinaria. La Historia Contemporánea de esta villa está marcada por la construcción del llamado Palacio de Argamasilla, situado junto a la plaza del pueblo, de corte renacentista y recientemente reformado. Este monumento es propiedad del Marqués de Argamasilla y fue solar de nobles caballeros. En él pernoctaron entre otros, el Rey Don Juan de Albret, Doña Magdalena y el propio Don Ramón de Valle Inclán.
